lunes, 24 de marzo de 2014

El trabajo dignifica


Los meses van pasando y mi teléfono sigue sin recibir esa llamada que tanto tiempo llevo esperando: la de una empresa que quiera contratarme. Nadie me ofrece un trabajo digno, con un salario que me permita independizarme y comer tres veces al día. No obstante, cada vez son más los carroñeros que se interesan por repartirse mis despojos. Alguna vez os he hablado de empresas que querían hacerse con mis servicios y pagarme en negro un sueldo inferior al salario mínimo interprofesional, también os he comentado que otros me escribieron un correo para ofrecerme la posibilidad de hacer colaboraciones gratuitas en un periódico digital en el que mi única recompensa sería poder firmar en un 'prestigioso' medio de comunicación. Ya solo me quedaba que alguna de estas sanguijuelas me dijera que tengo que pagar por trabajar y, de una forma encubierta, ese día llegó la semana pasada.


Hace algún tiempo, una radio ubicada en tierras gallegas sacó una oferta en Infojobs en la que solicitaban un profesional de mi perfil. En unas pocas horas, el número de inscritos para esa oferta fue tan elevado que decidí presentar mi candidatura directamente a la empresa y no a través de Infojobs. Busqué en internet la forma de contacto con el Departamento de Recursos Humanos y les envié un correo en el que me presenté y adjunté mi currículum junto a alguna de mis aparaciones en diferentes medios de comunicación. Los días fueron pasando y nadie me respondía así que pensé que habrían elegido a otro candidato. Pero el miércoles pasado respondieron a mi solicitud con un mail en el que solo aparecía adjuntada la imagen que tenéis aquí arriba, sin ningún texto.

En resumidas cuentas, yo les pedí entrar en un proceso de selección para una plaza vacante y ellos me ofrecieron la posibilidad de formarme para ese puesto a un precio de 1000 euros. Cojonudo. No os voy a engañar, he peleado como el que más por tener un trabajo digno y creo que esa meta cada vez está más lejos. Estoy diciendo adiós a mis sueños, despojándome de lo que he tardado años en conseguir y hay personajes que intentan arrebatarme lo único que me queda: la dignidad. Así que después de recibir esa acertada estrategia de marketing en mi bandeja de entrada decidí responder. Os copio aquí mi respuesta:

Estimada xxx,
Agradezco que hayas pensado en mí como un posible cliente, pero siento comunicarte que mi objetivo es encontrar un trabajo que me permita poder vivir con dignidad, no financiar proyectos con los pocos ahorros que me quedan. En esta hermosa profesión hay que trabajar muchas horas para conseguir esos 1.000 euros que algún incauto os pagará pensando que así conseguirá firmar un contrato.

Tengo seis años de experiencia en los medios y creo que los que queremos seguir trabajando en esto debemos apostar por la formación continua porque el mundo cambia y el periodismo debe estar al día. No obstante, pienso que esa formación debe estar subvencionada por la empresa, que es la que se va a beneficiar de contar con trabajadores formados. La Responsabilidad Social Corporativa está ahora muy de moda y no hace falta irse a África para ponerla en práctica.

Te mandé un correo pidiendo trabajo y tú me mandas otro pidiéndome dinero. Esto parece el mundo al revés. Pero el problema es que habrá muchos recién licenciados que pagarán esa matrícula como el que paga la entrada de la discoteca pensando que esa noche encontrará a la mujer de su vida, sin darse cuenta de que la mujer que quiere encontrar jamás estaría dentro de ese antro a las seis de la mañana.

Muchas gracias por tu tiempo.
Un saludo.
Marco Alonso

 

Tal vez haya sido un poco duro en mi respuesta pero creo que no he perdido nada. Al menos me he desahogado y he conseguido que me respondan desde el Departamento de Recursos Humanos con algo más que propaganda. Os dejo aquí lo que me han contestado:

Estimado Marco:

Muchísima suerte en su búsqueda de trabajo. Eliminaremos su c.v. de nuestra base de datos ya que me imagino que en el futuro no le gustaría trabajar en un "antro" como este.
Reciba un cordial saludo.


Algunos pensaréis que no debería haber entrado al trapo, otros tal vez creáis que he hecho lo correcto. Me gustaría que me dieseis vuestra opinión.

2 comentarios:

  1. Me parece que en todo esto es esencial mantener la dignidad profesional, la que cada uno considere para sí mismo, y saber qué precio tiene nuestro trabajo es parte de esa dignidad.

    A mi me parece legítimo iniciar lineas de negocio paralelas, y la formación es una de ellas. Cierto es que mucha formación está sobre valorada y que una persona con tu trayectoria probablemente no necesite ese curso.

    Siendo bien pensados (inocentes más bien), no me parece profesional la gestión del mailing que muchas empresas llevan a cabo. Se contacta con ellas para ofrecer nuestra profesionalidad y automáticamente entramos en su base de datos de potenciales clientes... A mi me surgen dudas que eso cumpla la Ley Orgánica de Protección de Datos, pero independientemente de eso, si quisieses recibir noticias relativas a productos y servicios, seguramente hubieses hecho el trámite a través del cauce oportuno: la suscripción a un boletín, etc.

    El tema es que probablemente esto trasciende a una simple mala gestión del mailing... Vivimos en un mundo en el que se capitaliza todo. Ya no solo se tiene en cuenta la capacidad de generar riqueza a través de nuestro trabajo, y ni siquiera se considera que eso tenga un precio, sino que además se da por supuesto que somos consumidores potenciales de un producto, sea cual sea, sin un mínimo análisis sobre nuestros intereses, sobre nuestra capacidad de consumo (trabajadores o desempleados la tenemos muy limitada), o en el peor de los casos nuestra capacidad de endeudamiento.

    Me parece muy legítima tu respuesta.

    Un saludo y mucho ánimo

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    1. Muchas gracias Nacho por tu comentario. Está claro que la cuestión viene dada por una mala gestión del mailing, pero creo que cuando hablamos de desempleo (el mayor problema que hay en España según el CIS) las empresas deberían ser mucho más cautas de lo que son. Correr el riesgo de que te cataloguen como una empresa que pretende aprovecharse de los parados no hace ningún favor a tu imagen de marca, con el agravante de que yo estoy lejos de ser el público objetivo al que va dirigida esta campaña.
      En fin... Seguiré buscando nuevos horizontes sin pensar demasiado en estas cosas, que me puede salir una úlcera y mi tarjeta sanitaria ya no es lo que era desde que soy parado de larga duración...
      Un saludo y suerte.

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